Abro mis ojos…
Y con lo primero que me encuentro es con tu cuerpo… Con tu presencia… Te veo… Estas a mi lado… Amaneces conmigo… Puedo sentirte… Estas tan cerca de mi… Puede oler el aroma que me da tu aire… tu respiración… Exhalo una a una las partículas de tu cuerpo… Y me siento cada vez más cerca de ti… Trato de mil maneras tocarte pero… Mis manos se deslizan y no permiten ese contacto que tanto necesito… Cierro mis ojos… Intento concentrarme y demostrarme a mi misma que no estoy en un sueño… Vuelvo a mirarte… Ahí estas, de nuevo al lado mío… Siento tu cuerpo tan cerca… Que busco de mil maneras palparlo… Es algo maravilloso… puedo sumergirme en las fragancias que este me da… Otra vez trato tocarte pero.... de repente algo me despierta y de verdad me doy cuenta que si estoy en un sueño… No estas tu... ni tu cuerpo… ni tu aroma… no siento tu respiración… Desaparecen una a una las partículas… Se desvanece con lentitud y profundo dolor el contacto de tu cuerpo… Ese contacto que tanto necesito… No estas tu… ni estoy yo… Entonces… Sí te soñé… ¿?
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No somos tú, no somos yo, ni ningún otro. Solo somos lo que hemos perdido.